¿DÓNDE LOS HOMBRES?
EN VACACIONES DESCUBRIR EL AMOR
Al fin tranquilos, sin oficinas, sin tener que madrugar, sin el trasporte apresurado. Sólo la inevitable mosca cojonera del móvil.
Nuestro ejecutivo estresado descubre a sus hijos, los hijos saben que tienen padre y la madre recuerda la casa de los suyos porque estas vacaciones con crisis, no permiten ir lejos.
Pero todo el mundo hace planes. Es un pequeño hervidero. Si no se cuida, el verano caliente anunciado, puede acabar con todos.
¿Solución? Compartir, escuchar, comprender. Y después actuar. Suena al nuevo plan Rubalcaba.
Está demostrado que todo lo que merece la pena exige un mínimo esfuerzo. Esos detalles de los que depende un descanso feliz suponen, por parte de algunos, un estado de alerta. El ambiente sereno, el sillón cómodo, la música favorita, la revista a mano, el aperitivo sorpresa que llega en el momento oportuno, exigen una pequeña actividad. La amable sombra de alguien que se mueve pensando en alguien.
Porque mientras no se demuestre lo contrario, todo el que se mueve en este ardiente verano para hacer algún servicio, se mueve a fuerza de amor. Un sistema viejo y nuevo que las máquinas no han sustituido. Hasta ahora, ofrecen sándwiches, helados o cigarrillos con una precisión admirable, pero sin el más mínimo grado de afecto. Descubrir de nuevo el amor no es mala cosa en vacaciones. ¡Ah, el amor!
¡Poneros en marcha! Un poco de mimo a la familia, pero, ¿dónde los hombres?
Sólo inmensas manadas de borregos recorren la península…¿Dónde los HOMBRES?, ¿Dónde?
Dónde los hombres, donde los hombres, donde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres. DÓNDE.
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