miércoles, 21 de marzo de 2012

                       
                    Los sindicatos contra el gobierno
                 que les quita los privilegios de Girón


Gracias a las reformas que nos duelen, volveremos a la normalidad. Según el  INE, las Administraciones públicas tenían 2.760.000 funcionarios en abril de 2004 y a finales de septiembre de 2011, empleaban a 3.220.000 personas. La plantilla ha crecido en 460.000 funcionarios con Zapatero.

En estos siete años y medio se han creado cientos de empresas públicas y las diferentes Administraciones  han contratado miles de asesores y técnicos. El coste de personal se ha incrementado en unos 50.000 millones de euros desde el año 2004.

Este ritmo de crecimiento del número de funcionarios -muy por encima del aumento de la población y del crecimiento del PIB- es totalmente insostenible. La necesidad de recortar el gasto público para cumplir con los compromisos asumidos por la UE obliga a paralizar la contratación de nuevo personal y a reducir su número absoluto. Es de sentido común.

Y  los mensajes lanzados por Rajoy a los presidentes autonómicos de las Administraciones,  para reducir el tamaño del sector público y adoptar políticas de austeridad en los gastos, son imprescindibles.

Cualquier persona sensata podría suscribir estas recomendaciones, pero la realidad es que los sucesivos gobiernos de Zapatero han hecho lo contrario y son, por tanto, responsables de este crecimiento insostenible pese al agravamiento de la crisis.

No sólo se ha producido un injustificable aumento de las plantillas. Se unen las políticas de despilfarro de las Administraciones del Estado, que han hecho inversiones faraónicas en obras de dudosa o nula utilidad y han derrochado el dinero en coches oficiales, viajes innecesarios, mobiliario y gastos suntuarios.

Lo peor de todo es que nadie se ha hecho responsable, pero, el que rompe, paga. ¿Por qué no se busca a los autores del despilfarro que han hundido al país?  Y, a los pendientes de cobro, ni un euro. ¿Es justo pagarles durante dos años a los que nos han dejado deudas que tendrán que pagar nuestros nietos?

¿Dónde están los 460 funcionarios enchufados que sobran y que son el caballo de Troya?

Aterra pensar que para justificar la presencia de tantos funcionarios, los ciudadanos tengamos que dar mil vueltas en trámites increíbles. Las Autonomías lo saben bien. ¿Y así piensan crear empleo?


miércoles, 7 de marzo de 2012

Todos responsables

 Es evidente que hay en la atmósfera un grave desencanto, una inmensa decepción.
Vamos de sorpresa en sorpresa, de asombro en asom­bro. Corrupciones, prevaricaciones, malversaciones, agujeros. Lo malo de estas noticias, no es sólo su falta de moral, es que nos desmoralizan. ¿Para qué?, ¿de qué vale decir esto o aquello?

Las gentes no sólo desconfían de los políticos, de las asociaciones, de las acciones humanitarias, de los luchadores... las gentes abando­nan el barco y se desenganchan de todo riesgo, de cualquier responsabilidad y hasta del deber ineludible y honesto de dar la cara. ¿Para qué?. Todos son iguales. Interesarse por algo, por alguien. ¿Tienen algún sentido?

Sin darnos cuenta, tendemos a replegarnos retirándonos a nuestros cuarteles de invierno y hasta nos parece una sabia medida. "Dichoso el que se aleja".

Seamos sinceros. Retirarnos, sí, Algunos momentos de sole­dad son preciosos, incluso indispensables. Es bueno hacer un alto, a solas con uno mismo, para profundizar en la propia per­sona. Pero si la soledad no nos devuelve a la realidad, corremos el peligro de reforzar nuestro egoísmo.

Al abrigo, a veces, de un pretexto material, moral, espiritual, acabamos por desinteresarnos de todo, salvo de nosotros mis­mos.

Si nos retiramos, ha de ser siempre para volver. En cristia­no, a todos nos toca arrimar el hombro porque de cuanto ocurre, y de un modo u otro, todos somos culpables.
Sí, está también el campo de las pequeñas corrupciones, de las trampas cotidianas, de las mentiras que todos ocultamos. Todos responsables. Dicen que requiere dos meses limpiar una ciudad como Madrid. Pero se arreglaría en media hora si cada uno barriera la puerta de su casa. ¡¡¡Manos a la obra!!!