lunes, 5 de diciembre de 2011

 ¿Dónde los hombres?             

                         El derroche del sector público

Según los datos del INE, las Administraciones públicas tenían 2.760.000 funcionarios en abril de 2004, cuando Zapatero llegó al poder, y, a finales de septiembre de 2011, empleaban a 3.220.000 personas. Por lo tanto, la cuenta es muy sencilla: la plantilla ha crecido en 460.000 funcionarios en las dos legislaturas en las que han gobernado los socialistas.

Aunque no existen datos fiables, no es aventurado decir que en estos siete años y medio se han creado cientos de empresas públicas y que las diferentes Administraciones  han contratado miles de asesores y técnicos. Como consecuencia de ello, el coste de personal de las Administraciones Públicas se ha incrementado en unos 50.000 millones de euros desde el año 2004.

No hace falta ser un experto para darse cuenta de que este ritmo de incremento del número de funcionarios -muy por encima del aumento de la población y del crecimiento del PIB- es totalmente insostenible. Por el contrario, la necesidad de recortar el gasto público para cumplir con los compromisos asumidos por la UE obliga no sólo a paralizar la contratación de nuevo personal, sino además a reducir su número absoluto.

Resulta, por ello, de sentido común los mensajes lanzados por Rajoy a los presidentes autonómicos del PP a terminar con las duplicidades que existen con otras Administraciones, a reducir el tamaño del sector público y a políticas de austeridad en los gastos.

Cualquier persona sensata podría suscribir estas recomendaciones, pero la realidad es que los sucesivos Gobiernos de Zapatero han hecho lo contrario y son, por tanto, responsables de este crecimiento insostenible pese al agravamiento de la crisis.

No sólo se ha producido un injustificable aumento de las plantillas. Se unen las políticas de despilfarro de las Administraciones del Estado, que han hecho inversiones faraónicas en obras de dudosa o nula utilidad y han derrochado el dinero en coches oficiales, viajes innecesarios, mobiliario y gastos suntuarios.

Lo peor de todo es que nadie se ha hecho responsable de estos despropósitos. ¿Por qué no se busca a los responsables con nombre y apellidos?

Zapatero ha dado empleo a 460.000 funcionarios más, pero muy pocos españoles piensan que los servicios públicos funcionan hoy mejor que en 2004. Lo único cierto es que existe una mayor burocracia. De eso no hay duda. Todos con la pesadilla de Larra: “Vuelva usted mañana”.

¿Pero dónde están los 460 funcionarios que sobran?
Aterra pensar que para justificar su presencia los ciudadanos tengamos que dar mil vueltas en trámites increíbles. Las Autonomías lo saben bien. ¿Y así piensan crear empleo?

Unos profesionales han montado un centro de Rehabilitación con gran éxito. Tuvieron que hacer miles de trámites y al final están trabajando con una misteriosa licencia profesional por dos años. ¡ Es increíble!

¿Por qué no protesta el ciudadano? ¿No hay hombres en España? Solo manadas de borregos recorren la península. Dónde los hombres, donde los hombres, donde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres. DÓNDE



No hay comentarios:

Publicar un comentario