¿Dónde los hombres?
Nos lo jugamos todo
Nos lo jugamos todo
¿Alguien recuerda las imágenes impresionantes tras el asesinato de Fernández Ordoñez? Nadie había convocado. Espontáneamente la gente se lanzó a la calle sin control alguno como pasa en las grandes multitudes.
Sucedió también en las calles de Madrid con el Mundial. ESTO debe ocurrir con más razón en situaciones especialmente difíciles para nuestro país si alguien intentara arrebatarnos el cambio que puede salvarnos.
Como se anuncian movimientos de los "indignados" en la jornada de reflexión y en el mismo día de las elecciones, debemos estar alerta. Si el gobierno decide no hacer nada está en su derecho, pero nosotros, también “indignados” aunque pacíficos, tenemos el mismo derecho que ellos a llenar la calle esos días. Sí, hacer acto de presencia seria y silenciosa. Lo del silencio es importante porque resulta clamoroso. Hay, además, que hacer bulto para llamar la atención sobre lo que ya no se puede tolerar.
No podemos aguantar más. Se trata simplemente de aprovechar la benevolencia con que este país acoge a los ocupas, a los que se burlan de los comerciantes, de los transeuntes, a los que insultan a las fuerzas policiales que nos defienden orinándose en sus pies. A los que asaltan edificios abandonados donde niños conviven con toneladas de basura, ratas y otros animales, sin agua, ni luz.
Es el caso, demostrado, del hotel Madrid y del teatro Albeniz. Ante estos hechos, el silencio respetuoso de civismo ciudadano es pan comido. Y seguro que el Ministerio del Interior y las fuerzas del orden nos felicitarán. Eso sí, el silencio debe ser impresionante. Nada más subversivo que una enorme multitud callada.
Ante el que quiera arrebatarnos el amor de nuestra vida, la tierra, el aire que respiramos, la fe, la historia de las gentes entrañables que aquí vivieron, hemos de defender nuestra integridad territorial. Por supuesto, pedimos que si alguien quiere convocar lo hagan solo en nombre de ESPAÑA, no partidos políticos, no grupos interesados, no ideas personalistas... Por favor, aire puro.
Esto ha ocurrido ya en otros países. Con motivo de un artículo de la ley de enseñanza que apenas conocían, los franceses llenaron en silencio las calles de París para demostrar su rechazo a los abusos del gobierno. No se manifestaban por temas de educación, sino por decencia. Pero la ley fue retirada.
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