jueves, 10 de noviembre de 2011

 ¿Dónde los hombres?


                        ¡Yo no pago!

  
Con este leit motiv como bandera, se ha iniciado en Grecia un singular movimiento de “desobediencia ciudadana” que aboga por no pagar los abusivos impuestos aprobados por el Gobierno de Papandreu para intentar llenar las depauperadas arcas públicas.  

Bajo el lema “yo no pago” los griegos se niegan a apretarse aún más el cinturón ante una crisis de la que no se sienten responsables,  y se cuelan en el metro,  en el autobús o se saltan a la torera los 5 euros exigidos por la ley para ser atendidos en un hospital público.  

Y como el movimiento se demuestra andando,  expresan con acciones perfectamente planificadas su rechazo a las durísimas medidas de austeridad para paliar la deuda pública generada por  la mala gestión del gobierno.  La explicación no puede ser más contundente: “Nosotros no somos responsables de esa deuda. La han creado los sucesivos gobiernos, los políticos, el sistema capitalista… Pues, entonces, ¡que paguen ellos!”.

Cada vez son más los que se suman a la consigna de “no con mi dinero” y ya forman un ejército de más de 30.000 personas de todo tipo y condición: estudiantes concienciados, pequeños empresarios asfixiados por los impuestos, jubilados que no llegan a fin de mes, amas de casa desesperadas, funcionarios a los que les han recortado un 30% del sueldo…

No pertencen a ningún partido político, pero les une el mismo fin: revelarse contra los abusos del poder. El Gobierno ha intentado en vano sofocarlos intensificando los controles en peajes, en transportes públicos…Pero lejos de amilanarse, les ha hecho aún más fuertes y han empezado, incluso, a adoctrinar a la gente  sobre cómo burlar la ley sin incurrir en la ilegalidad: “Si te has colado en el metro y un revisor te pide la documentación, no se la des, porque no está autorizado a pedírtela y tampoco puede retenerte, así que lárgate antes de que llame a un policía”. 

También organizan actos periódicos de sabotaje, como boicotear el peaje de alguna autopista en domingo y hacer pasar sin pagar a los excursionistas que regresan a casa, o abrir las puertas de una estación de metro para que todos entren gratis, muchas veces ante la complicidad de los propios empleados.

Y aún hay más. Ahora que el gobierno les amenaza con dejar sin electricidad a los que no paguen el nuevo impuesto inmobiliario que se incluye en el recibo de la luz, empiezan a circular manuales con instrucciones para engancharse a la corriente general sin pagar un céntimo.  Además, cuentan con el apoyo de numerosos trabajadores del Dei, la compañía de electricidad pública, que expresan su solidaridad: "Ninguna casa sin luz".

Todo esto me hace recordar una antigua fábula sobre un león, que al haber sido criado entre ovejas, creyó que era una más de ellas, hasta que lo capturó un viejo león y lo llevó a un pozo donde le enseñó su propia imagen reflejada... 


Es el momento de echar una mirada a nuestro reflejo en el pozo,  de tomar conciencia del poder que tenemos, de salir del rebaño y comprometernos con la libertad que nos pertenece por derecho propio, por encima de cualquier ley.  

Sí, ha llegado  el momento de dejar de ser ovejas y despertar a nuestro león interior.



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