jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Dónde los hombres?  
     
        ¿Qué hacía el Banco de España?

Muy bueno el chiste de Mingote que es portada de ABC. Al lanzarse Rajoy a la piscina, pregunta: ¿Estáis seguro de que han dejado el agua? Los socialistas piden al nuevo presidente que ha sabido manejar tan bien los tiempos, que tenga paciencia en el relevo.

Nadie tiene prisa por dejar el sillón y como el pegamento funcione, tendremos para rato. Aparte de los plazos marcados en su día por Zapatero sin tener en cuenta la situación gravísima del país, la cuestión es otra. Es un hecho en estos últimos tiempos que el partido en el gobierno se ha preocupado más de sus intereses que del país que gobernaba.

Pero la cuestión es otra, dados los avances de la técnica para evaporar documentos y las mil fontanerías al uso, es lógico que los que se van se tomen tiempo. Pero aquí es donde la legislación debería actuar para que, viendo lo que estamos viendo, no se lleven los que dejan los cargos hasta el agua de la piscina, como sugiere Mingote. 

Si la justicia recogió por sorpresa papeles importantes de Urdangarín, que exista también un mecanismo en los relevos políticos que permita averiguar la dimensión real de los agujeros.Los autores del desmadre no lo van a decir. Si no hay noticia de los restos de trenes del atentado del 15-M que no pasará con los frágiles papeles. Por encima de las manipulaciones de los partidos, los ciudadanos de un país que pretende seguir llamándose España, merecen que nadie se beneficie de los que les pertenece por derecho. 

Más de un siglo luchamos por organizar los controles administrativos y salir de las cuevas de Ali Babá. Pero, a juzgar por lo visto, pocos de esos controles funcionan. ¿Cómo hemos convivido estos años con tanto agujero negro? Las magnitudes del trasvase de fondos de las cajas no se han hecho en un día. ¿Que hacía el Banco de España mirando a otro lado? ¿qué hacía el Tribunal de Cuentas? ¿Y la Fiscalía de Hacienda?

Esperamos que la Justicia defienda los intereses de España con la misma perseverancia de los trajes del caso Gurtel. No es mucho pedir. Ojalá que el mes que resta para la transmisión de poderes no lleve al descabello de este país. Somos, por desgracia, el único pueblo gobernado por quienes alimentaron a las fuerzas capaces de destruirlo.


¿Por qué el hombre de la calle no discute? ¿Por qué no habla de estas cuestiones importantes? ¿Pero no hay hombres en este país? Solo manadas de borregos recorren la península. Dónde los hombres, donde los hombres, donde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres, dónde los hombres. DÓNDE

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